La oceanografía química es una ciencia, una disciplina, una profesión que estudia la química de los mares, de los océanos; analiza y determina el comportamiento de los elementos químicos en las grandes masas de agua salada. El Instituto Español de Oceanografía (IEO) destaca que la oceanografía química se refiere “a la composición química del agua de mar y sus constituyentes y a los efectos de los procesos físicos, geológicos y biológicos sobre la química del agua del mar”. Esta área curricular también “profundiza en las alteraciones que sufre el mar, por efecto de la adición de sustancias orgánicas e inorgánicas derivadas de la actividad humana, conocida como contaminación marina”.
El IEO recuerda que el océano es catalogado como una ‘sopa química’. ¿Por qué? Porque contiene diversos y variados elementos y compuestos químicos, gases, minerales y materia en suspensión. La oceanografía química es el estudio de los constituyentes del agua de mar, incluyendo los procesos de aportes, eliminación y transformación dentro de los océanos, según el Instituto Español de Oceanografía.
La oceanografía química, que ejercen los químicos de formación, es una disciplina clave y fundamental para cuidar y conservar los mares. Y toma relevancia en el Día Mundial de los Océanos, 8 de junio, jornada que recuerda el importante papel de los mares en la vida cotidiana. Son los pulmones de nuestro planeta, una fuente importante de alimentos y medicinas y una parte fundamental de la biosfera, según destaca la Organización de Naciones Unidas (ONU).
El propósito del Día Mundial de los Océanos, impulsado por Naciones Unidas, es informar sobre el impacto de los humanos en el océano, desarrollar un movimiento mundial de apoyo y unir a la población en un proyecto para la gestión sostenible de nuestros mares. Porque el océano cubre más del 70 por ciento del planeta. Es fuente de vida y sustento de la humanidad y de todos los demás organismos de la tierra. El océano produce al menos el 50 por ciento del oxígeno del planeta, alberga la mayor parte de la biodiversidad de la tierra y es la principal fuente de proteínas para más de mil millones de personas en todo el mundo. Además, resulta clave para nuestra economía, ya que se estima que, para 2030, habrá en torno a 40 millones de trabajadores en todo el sector relacionado con los océanos, apunta la ONU.
Sin embargo, a pesar de todos sus beneficios, necesita más apoyo que nunca, recuerda Naciones Unidas. Con el 90% de las grandes especies marítimas de peces mermadas y el 50% de los arrecifes de coral destruidos, extraemos más del océano de lo que se puede reponer. Es fundamental trabajar para crear un nuevo equilibrio en el que no agotemos todo lo que este nos ofrece, sino que restauremos su vitalidad y le devolvamos una nueva vida. Y en esa tarea, con esa meta, trabajan los oceanógrafos químicos.
+ info del Día Mundial de los Océanos.